Por Dr. Victor M. Oxley
Hacer uso de
la lengua es hacer cosas con palabras y fue el filósofo oxoniense John L.
Austin quien supo plasmar esta idea con su genial “Teoría de los Actos del
Habla”. En esta el autor clasifica tres actos que siempre se dan con el uso del
lenguaje, los actos locutivos, inlocutivos y perlocutivos. El acto locutivo
contempla la acción o simplemente consiste en
decir algo; por su parte el acto inlocutivo, a diferencia del acto locutivo,
consiste en accionar al decir algo;
por último el acto perlocutivo es la consecuencia o el resultado del acto
inlocutivo (puede darse o no este, esta relación no es simétrica, pero casi
siempre esta instancia aparece), es el acto que se lleva a cabo por el hecho de haber efectuado un acto
inlocutivo.
En la
proferencia que hace el ladrón cuando perpetra su fechoría “la bolsa o la vida”
pueden graficarse claramente los actos del habla. La enunciación de la frase es
el acto locutivo que como habíamos definido consiste en decir algo; en este decir algo está amenazando de muerte a su víctima (acto inlocutivo), quien a
consecuencia de ello queda intimidada
(acto perlocutivo).
En lo que
sigue iremos señalando como el discurso político ejerce influencia inmediata
sobre los ciudadanos a partir del entramado de sus comunicados y alegatos en la
imposición de la realidad decretada a partir de sus palabras creando una
percepción falsa de la única realidad.
Para empezar
tomemos la declaración efectuada por el Presidente del Tribunal Superior de
Justicia Electoral, Jaime Bestard, efectuada hacia el final de aquella jornada
electoral del 22 de abril pasado.
“[…] a esta
altura de la noche, con el 96% de la transmisión de resultados de nuestro
sistema, tenemos una diferencia marcada
a favor de uno de los candidatos, que según todos nuestros estudios, y todas
nuestras mediciones es absolutamente irreversible, aclaro que la transmisión de
las últimas mesas pendientes, va a continuar y esta continuando de hecho,
existen ya menos de mil mesas a ser cargadas, y esa cantidad de votos a ser
escrutados, hacen imposible que se revierta el resultado, en consecuencia, de
acuerdo a toda nuestra experiencia y a los resultados siempre certeros del
TREP, el Presidente de la República del Paraguay es el Sr. Mario Abdo Benítez”.
En este
comunicado existen múltiples variables que componen la proposición. 1) La
“hora” o el espacio-tiempo en que fue hecho el enunciado (esta variable es
empírica), 2) el estado o momento concreto en el cual se encontraba el sistema
de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) en cuanto al
progreso de su carga (esta variable es empírica), 3) un índice de propensión o
tendencia estadística (variable empírica) y una variable que es causa de las 2
y 3, y que podríamos decir es 1 de ganador (adoptando términos de la Teoría de Juegos).
Reduciendo
el enunciado a sus componentes principales, aplicando el método de eliminar la
redundancia de frases de apoyo o de reforzamiento del argumento como “a esta
altura de la noche”, “tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los
candidatos, que según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es
absolutamente irreversible”, “aclaro que la transmisión de las últimas mesas
pendientes, va a continuar y esta continuando de hecho, existen ya menos de mil
mesas a ser cargadas, y esa cantidad de votos a ser escrutados, hacen imposible
que se revierta el resultado”, “en
consecuencia, de acuerdo a toda nuestra experiencia y a los resultados siempre
certeros del TREP”; podemos enunciar la proposición p1 en lo siguiente:
p1: “con el 96% de la transmisión de resultados de nuestro
sistema, el Presidente de la República del Paraguay es el Sr. Mario Abdo
Benítez”.
La
proposición p1 impone inlocutivamente
un estado de cosas y busca perlocutivamente la resignación del receptor en cuanto de que debe inexorablemente
aceptar el resultado.
Para imponer
tal estado de cosas el emisor apuntaló su idea en los reforzamientos de que
“según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente
irreversible” también de que “la transmisión de las últimas mesas pendientes,
va a continuar y esta continuando de hecho, existen ya menos de mil mesas a ser
cargadas, y esa cantidad de votos a ser escrutados, hacen imposible que se
revierta el resultado” y “en consecuencia, de acuerdo a toda nuestra
experiencia y a los resultados siempre certeros del TREP”.
Es de lo más cuestionado, que ya en el filo de la noche
de la jornada electoral el ministro Jaime Bestard del Tribunal Superior de Justicia Electoral
haya utilizado el término “Presidente de la República del Paraguay” al dar como
ganador a Mario Abdo Benítez solo con los datos del TREP, pues lo que se
estilaba como expresión lingüística sobre tal comunicación sería hablar del
candidato con mayores votos, virtual
ganador o frases símiles.
Esta retórica
-que podríamos categorizar como la coacción y coerción inlocutiva del poder-,
enuncia su proferencia desde la investidura de Ministro que le da el Poder
(Paul Watzlawick en su “Teoría de la Comunicación Humana” categorizaría esta
acción como comunicación “complementaria” ya que el que comunica esta en un
plano muy diferente del que escucha, no es simétrica pues no se da en planos de
igualdad), y desde tal lugar, solo se limita a obligar a aceptar
inexorablemente sus designios a sus súbditos.
La jornada electoral del 22 de abril pasado se llevó a
cabo hasta el término de la misma con los hechos muy característicos y propios
de esta clase de procesos políticos, movilización de los actores electorales,
apoderados, veedores, delegados electorales, representantes del Tribunal
Superior de Justicia Electoral, representantes del Registro Cívico Permanente,
miembros de las mesas electorales, votantes etc. Una vez concluida la votación
en las mesas electorales, los miembros titulares en estas, procedieron al
contaje de votos y su contabilización en las respectivas actas correspondientes
según las formas oficiales para el efecto. Como parte del proceso, se contaba
con un mecanismo de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP),
por el cual se conocería quien resultaba ganador en los comicios.
A raíz de las incongruencias entre los conteos realizados
por los partidos, los que aparecen en los certificados de votación del Tribunal
Superior de Justicia Electoral en manos de los apoderados de los partidos
políticos y comparados estos documentos con los resultados transmitidos por el
TREP, y también de los hechos denunciados por la ciudadanía en general se
levantó el telón de la sospecha del fraude electoral.
El titular de la Justicia Electoral,
Jaime Bestard (ANR, cartista) al dirigirse a la ciudadanía y a los partidos
opositores al gobierno -sobre los hechos de denuncia de fraude electoral-
indicó que “tuvo que contactar y
tranquilizar a los referentes de los gremios de la producción como la Feprinco
y la UIP […] cualquier noticia que
implica la alteración del orden institucional perjudica la economía” (más
adelante se dilucida la naturaleza de esta clase de argumentos pragmáticos), inlocutivamente
esta enunciación me pone en sobreaviso de que mis actos son negativos y
perjudiciales y perlocutivamente me
indica que el camino es la inacción.
Por su parte el Sr. Mario Abdo, dijo que
“lo único que pido -no por Marito, sino por el fortalecimiento de nuestra
democracia- es que no tenemos que atentar contra nuestro sistema que ha
construido una gran credibilidad”, este enunciado es similar al anterior pues
ilocutivamente busca la inacción por razones pragmáticas (como se aclaro líneas
atrás, más adelante nos referiremos a esta clase de argumentos pragmáticos) llanamente
y como objetivo perlocucional pretende sumisión. Con relación a lo anterior
también señaló que “culminó el proceso electoral y la gente está harta de las
peleas entre políticos” […] sean parte de la generación del consenso y podamos
empezar a reflexionar”, ilocucionalmente se exhorta a la irracionalidad y la
acriticidad y perlocucionalmente busca que se acepte el estado de cosas.
En otro orden de cosas, y ya con el postulado puesto de
que es él el Presidente de esta República el Sr. Mario Abdo Benítez dijo que
"El pueblo votó por la unidad del Paraguay y no por la división del
Paraguay […] hoy se acaban las divisiones
estériles, se acabó el debate, vamos a ser un pueblo unido",
ilocutivamente induce a creerle que es el único factor de estabilidad y
perlocutivamente que debemos estar calmos y en pacifidad.
Se puede hacer un sinfín de citas y
relaciones de este “discurso del poder” que desde “el poder de las palabras”
busca imponer lo que dice que es real como la mismísima realidad que lejos
dista de estas referencias torcidas ex profeso.
Ante
las denuncias surgidas por doquier de que muchas de las actas, producto del
conteo de los votos y emitidas por las autoridades de mesas electorales, son de
contenido falseado, y teniendo en cuenta de que estas fueron la base del conteo
paralelo de un mecanismo denominado TREP por el Tribunal Superior de Justicia
Electoral, se ha puesto en duda sobre la función y veracidad de tal
instrumento.
Según
Carlos María Ljubetic, asesor del Tribunal Superior de Justicia Electoral
(TSJE) –en declaraciones en un medio televisivo el día 29 de abril de 2018- el
TREP es un instrumento que garantiza la estabilidad social, pues trae calma a
la ciudadanía ya que este evita que los contendientes electorales se declaren
prematuramente por sus respectivas partes ganadores.
El TREP para este Sr. quien declaro que
fue uno de sus artífices desde el principio mismo de su diseño y puesta en
marcha, adquiere su validez y fiabilidad, desde el momento en que este
instrumento tiene unos efectos a partir de su uso, o sea su fundamento adquiere
razón de ser partiendo de que es causa de un efecto útil. Como puede notarse en
este argumento, y muchos de este tipo, son del tipo que se categorizan como
“instrumentalistas”. Esta postura tiene afinidad con los fundamentos éticos
“consecuencialistas”, es decir “un instrumento (o en la ética la “conducta”) es
bueno, si los efectos o consecuencias que tiene son buenos”, y también su
recíproca vale “un instrumento es malo, si los efectos o consecuencias que
tiene son malos”. Como se puede ver, esta postura tiene una fuerte relación con
el pragmatismo, postura filosófica que asume que solo es verdadero aquello que
funciona. El instrumentalismo-pragmatismo de este Sr. Ljubetic renuncia de
antemano a fundar su tan mentada creación del TREP en la certeza o verdad de
algún argumento que le de confiabilidad a su “monstruo”, pues lo único que nos
pide con su pseudo argumentación es de que debemos de “creer” en su creación.
La creencia está fundada en el dogmatismo y la irracionalidad, esta petitio principii
de Ljubetic busca ponernos en una argumentación circular, si aceptamos su
postulado caemos indefectiblemente en su conclusión “instrumentalista-pragmática”.
Planteado así como se presenta, es un razonamiento de esos más falaces que se
pueden improvisar para intentar salvar el promisorio monstruo que han creado en
su laboratorio y que sigue evolucionando en el sistema político paraguayo.
Inclusive, asumiendo su instrumentalismo-pragmático podemos devolverle el
boomerang por la cabeza diciéndole que el TREP es un instrumento malo pues como
se ve actualmente, y por culpa principalmente de su mala instrumentación por parte
del mismísimo presidente del máximo Tribunal Electoral quien proclamo ganador a
un candidato (creyendo que este acto traería estabilidad y calma en la
ciudadanía), está causando zozobras en la ciudadanía, ya que esta se siente
ultrajada en su voluntad y se siente impotente al ver que se le está robando
esa dignidad.
El Sistema de Transmisión de Resultados Electorales
Preliminares (TREP) consiste básicamente en el envío de actas preparadas para
el efecto vía sistemas digitales con el método de escaneo o a viva voz. Este
documento está firmado por los mismos miembros de las mesas electorales y su
contenido es el mismo que se asentó en las actas oficiales en triplicado.
Las reglas del juego electoral presuponen que las actas
TREP deben de corresponderse a las actas oficiales en contenido (letras, firmas
y datos).
Expongamos la situación desde una perspectiva lógica.
(x) (Ax . Bx)
Para todo “x”, x = actas TREP; A = coinciden con actas
oficiales; B = son auténticas; así tenemos: Todas las actas TREP coinciden con
actas oficiales y son auténticas.
Por otro lado tenemos que (Ǝx) (–Ax . –Bx) que se traduce en,
existe algún “x”, tal que x = actas TREP; -A = no coinciden con actas
oficiales; -B = no son auténticas
Así tenemos que : Existen algunas actas TREP que no coinciden
con actas oficiales y no son auténticas.
Así se puede expresar el siguiente razonamiento:
Si todas las actas TREP coinciden con actas oficiales y
son auténticas entonces no hay fraude electoral;
Existen algunas actas TREP que no coinciden con actas
oficiales y no son auténticas;
Por lo tanto,
Hay fraude electoral
En símbolos se expresa así,
(x) (Ax . Bx) → -C
(Ǝx)
(–Ax . –Bx)
_________________
Ergo: - - C ≡ C (la doble negación es
equivalente a la afirmación)
Por otra parte, si bien el TREP es un instrumento
oficioso (carece de valor oficial), su contenido debería de reflejar
congruentemente similitud con los datos de las actas en triplicado de los
sobres electorales. Al tener pruebas suficientes de que los datos transmitidos por
el TREP en el conteo rápido para el conocimiento de los ganadores de la justa
electoral fueron falseados y atendiendo que el art. 309 inc. a del Código
Electoral dice que: “la ausencia, destrucción o desaparición de la
documentación prevista en el Código”; e inc. b: “la adulteración fraudulenta de
tales documentos” sostenemos dudar fehacientemente de las actas oficiales de
los sobres electorales, pues da pie a sostener que en un alto porcentaje son
fraudulentas y ello mina las garantías de que se podían tener sobre todas
ellas, así todo este proceso electoral está viciado de actos que la empañan al
punto de calificarlo de “distorsión generalizada de los escrutinios” así como
reza el art. 307 inc. d del Código Electoral, y estos artículos citados, el 307
y 309 son las causales de nulidad expuestas en el Libro VI, Sanciones, Titulo I
del Código Electoral paraguayo.
Podemos decir que la negación es una cuestión semántica o
del lenguaje, es un acto de dicto (negar que exista fraude electoral), la
verdad es una cuestión de hechos o sea un acto de facto (las evidencias e
indicios hacen real el hecho punible). Así de la afirmación de que la denuncia
de fraude perdió fuerza (como se manifestó en un medio televisivo) no se puede
concluir que no exista el fraude, como intentan imponerlo los del Tribunal
Superior de Justicia Electoral y los apoderados de la agrupación política ANR.
Este razonamiento implica cometer dos falacias no formales, la 'causa falsa' o
non causa pro causa y 'conclusión inatinente' o ignoratio elenchi.
La
palabra “irreversible” es sin duda la palabra más usada en el discurso del
poder en este contexto e instancias del proceso de juzgamiento electoral, se la
escucha hasta el hartazgo en todos los frentes en donde la oficialidad del
poder sale al frente a justificar y creo que amerita una disquisición especial
para aclarar equívocos y malos entendidos.
Ya
habíamos citado las palabras del Presidente del TSJE Jaime Bestard sobre el uso
de la palabra “irreversible” al principio de este análisis, volvemos a
transcribir sus palabras “[…] a esta altura de la noche, con el 96% de la
transmisión de resultados de nuestro sistema,
tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los candidatos, que
según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente
irreversible”.
Una serie o un
proceso –dice José Ferrater Mora- que siguen una dirección determinada y que no
puede seguir la dirección inversa es llamado "irreversible". Cuando
la serie o el proceso sigue, o puede seguir la dirección inversa es llamado
"reversible". El predicado 'es irreversible' equivale, pues, al
predicado 'tiene una dirección determinada'; el predicado 'es reversible'
equivale al predicado 'no tiene una dirección determinada'. La cuestión de si
una serie o proceso es irreversible o reversible ha sido objeto de numerosos
debates sobre todo en lo que toca al espacio, al tiempo y a las relaciones de
causalidad.
El discurso de Bestard, quiere subrayar de que la
expresión “según nuestros estudios y todas nuestras mediciones tiene una
absoluta dirección determinada” es determinista o causalista.
La
irreversibilidad es un concepto físico, las leyes de la termodinámica
determinan que todos los procesos naturales son irreversibles pues la línea del
tiempo en estos sólo apunta en una dirección, hacia el futuro.
Los hechos
físicos son irreversibles. Ahora ¿Los hechos sociales o Institucionales son
irreversibles? En otras palabras ¿Qué Mario Abdo Benítez o cualquier otro sea
Presidente es un hecho “irreversible”?
Para que
alguien, a través de un proceso electoral en este caso, se gane la potestad de
ejercer el poder de gobernar, que funja un mandato presidencial, primero debe
legitimarse a partir de la victoria legal en unas elecciones limpias. De aquí
que de aquello que es “irreversible” en la expresión citada de Bestard sólo
tenga sentido en el contexto de su enunciación estadística sobre los resultados
del TREP, pues así como la mecánica estadística, inaugurada por Boltzmann en
sus geniales conceptos termodinámicos han sido demostradas por infinidad de
instancias hasta la actualidad y fundan sólidamente el concepto de que los procesos materiales-energéticos son
irreversibles, podemos decir por nuestra cuenta que los procesos
Institucionales, como el de proclamar ganador en una elección a un candidato no
es “irreversible” (la doble negación lógica equivale a la afirmación, así en
esta expresión puede intercambiarse “no es irreversible” por “reversible”).
La
proclamación del ganador en la justa electoral llevará a quien lo logre al
estatus de Presidente de la República del Paraguay, pero más allá de este hecho,
puede que se revierta el hecho, caso de que tal acción sea revocada por otra
resolución sustentada en la nulidad del proceso electoral por la acumulación
sustantiva de “pequeñas irregularidades” que la vicien por completo. La
revocabilidad de las sentencias judiciales demuestra que no existe la
irrevocabilidad dentro de las Instituciones sociales, la “irrevocabilidad” no
es sinónimo de “irreversibilidad”, pues ambos términos tienen su uso y sentido
plenos en contextos inconvergentes y para nada congruentes como lo son el de la
Física y el Derecho.
La palabra
“irreversible” es un término causalista propio de una Física determinista,
ahora la palabra “irrevocable” dentro de un contexto jurídico (como los son el
juzgamiento de las elecciones) no tiene lugar por aquello de que las sentencias
judiciales son revocables y desde aquí no existe la irrevocabilidad de estas.
Para ir cerrando esta reflexión podemos traer al tapete
que la coacción y coerción inlocutiva del poder nos impone un estado de cosas
fraudulentas, nos pone en sobreaviso de que
nuestros actos son negativos y perjudiciales socialmente, de que seamos
inactivos, irracionales y acríticos, aceptemos el unicato, y perlocutivamente
nos resignemos a los hechos impuestos de facto, a la sumisión. No se
puede impresionar a la ciudadanía con falacias del discurso pues con estas
argucias solo se utiliza la textualidad para imponer una realidad que solo es
el fruto de una adiposa verba como subproducto de una retorcida lógica con el
único fin de hacerse con un mandato que no les pertenece ni legal ni mucho
menos legítimamente.
La Filosofía del poder categorizada como "La
política de los hechos consumados" se sustenta como su propio nombre
indica en imponer un estado de cosas tal, que la generalidad acepte un hecho
por más malo que fuere ante la imposibilidad de cambiarlo, pareciera ser que
esta Filosofía maquiavélica está en curso de acción como un bien orquestado
plan de la Real Politik local con su característica viveza criolla con un muy
buen aliado clave como su consecuente brazo ejecutor.