Mangorè Eterno Ediciòn Especial 130 aniversario de su nacimiento

Revista Ñande Reko Nº 1

viernes, 28 de septiembre de 2018

BOQUERÓN: 9 al 29 de setiembre de 1932

(algunos hechos en la perspectiva del Capitán de artillería Juan Rovira Salanueva)

                                                     Por Dr. Víctor M. Oxley / victoroxley@gmail.com

En el gran bautismo de Guerra que fuera la sangrienta batalla-escuela de Boquerón podemos citar a continuación extractos de referencias del entonces joven Capitán de Artillería Don Juan Rovira Salanueva en acciones con su Unidad de Combate.

Los tiros de la Artillería paraguaya debían de ser largos; el reglaje se presentaría laborioso. El contorno de la posición no estaba aún definido y menos el emplazamiento de los nidos de las ametralladoras. « […] los componentes de la D.1 esperaban ansiosamente el amanecer del día 9 de setiembre de 1932, fecha memorable para las armas paraguayas, en la que se inició la Guerra del Chaco, la gran jornada heroica que demostraría el valor y tenacidad de dos pueblos rivales.» « Entre tanto, el Grupo “General Roa” Nro. 2 de Artillería, ya en posición de fuego (aunque sin observatorio, ni teléfono), estaba atento a las órdenes del comando, para hacer oír su metálica intervención en el concierto bélico que se iniciaba.»

El G.A.2 estaba compuesto por los siguientes oficiales en aquella memorable gesta heroica de la jornada del 9 de septiembre de 1932 y siguientes. Comandante Capitán Raimundo Rolón, Oficial de Ordenes Teniente 1º Guillermo Gatti, Oficial Orientador Teniente Juan Martincich, Ayudante Capitán Atanasio Sosa 1ra. Batería “75”: Comandante Capitán Juan Rovira, Oficial de Tiro Teniente 1º Oscar Echeguren, 1a. Sección Teniente 1º Rogelio Vázquez, 2a. Sección Teniente 2º Luis González 2da. Batería “75”: Comandante Capitán Fulgencio Yegros, Oficial de Tiro Teniente 1º Lindolfo González, 1a. Sección Teniente 1º Raúl Fernández Decamilli, 2a. Sección Teniente 1º Julio R. Cartes 3ra. Batería “105”: Comandante Capitán Francisco Arrón, Oficial de Tiro Teniente 1º Carlos A. Vittone, 1a. Sección Teniente 1º Oscar Mora, 2a. Sección Teniente 2º Mauricio José Troche.

Así, sonó la segunda pitada y se hizo oír el estampido seco del cañón Schneider, seguido de la explosión de la granada. «Hora 8. – […] Nuestra artillería efectúa el reglaje sobre el fortín.» La artillería –y el Capitán Juan Rovira Salanueva como uno de sus comandantes de batería- había señalado el comienzo de la batalla. Nuestra brava infantería se lanza al ataque con “VIVA EL PARAGUAY”. Luego, el primer escalón de nuestro centro de gravedad, fue detenido por la barrera de fuego, en el campo de Boquerón. «Hora 9.15. – […] Se ordenó a la artillería concentrar sus fuegos sobre el fortín, para apoyar el ataque del R.I.4.». El Mayor boliviano Taborga, en su diario, referente al 9 de Septiembre escribe: “La artillería y los morteros enemigos rompen los fuegos, iniciando su preparación de ataque. Los proyectiles 105 vienen con un ruido peculiar, como si estuvieran envueltos en papel de seda. Las explosiones son desmoralizadoras. Dan la impresión de oír caer un piano sobre el tablado”. El Mayor Fernández Comandante de la 1ª División, -dice el General Raimundo Rolón en su libro Bautismo de Fuego de la Artillería Paraguaya en Boquerón-, nos dijo que según parte del Regimiento de Infantería 4 “Curupayty”: “Los tiros de la artillería son buenos”, que el Teniente Velázquez del mismo regimiento dijo: que los tiros caen en el fortín y en la isla que bordea el fortín, continué haciendo sus tiros metódicamente. Otro pedido de tiro, del propio Comandante de la División decía: “Nuestra infantería no progresa, hay que seguir batiendo posición enemiga para alentar tropa infantería que se aferra al terreno”. Cooperar con la infantería, no es tarea fácil, pero la razón de ser de la artillería es el apoyo de fuego a las armas de primera línea. En ese deseo, la batería Rovira, se trasladó hasta la línea de fuego a fin de ofrecer apoyo directo. El Regimiento de Infantería 4 obtuvo el apoyo de la batería Yegros (ambas baterías del Grupo 2), sería arriesgado exponer las baterías Schneider de 105 mm, normalmente, en semejante posición. Para eso, hay artillería de acompañamiento de otras características. «Hora 9.30. – […] La artillería, por orden, adelanta una batería hasta el abra Boquerón.» «Hora 11. – […] En el pasaje de la posición de la Batería Rovira, se produjo la explosión prematura de una granada de 75 mm. Destruyendo el cañón e hiriendo a varios soldados y oficiales, entre los cuales el Comandante de la D.1, y el del regimiento “Corrales”. Este hecho produjo la dispersión del regimiento, púes solo dos compañías del Batallón Mussi, llegaron a destino conducidas por el comandante de la D.1. El comandante del R.I.3, aunque sus heridas no eran de gravedad, prefirió abandonar sus tropas para hacerse atender en retaguardia.» En este punto del relato vale una aclaración, pués es muy difundida una versión de que el Capitán Juan Rovira Salanueva, una vez herido y al mando del R.I.3 “Corrales”, es llevado a retaguardia y que a su paso por el Cuerpo de Ejército dá la noticia “irresponsable” de que Boquerón había caído, noticia que una vez difundida por la oficina de prensa genero una situación bastante incómoda para el gobierno y el ejército paraguayo, por ello van estas acotaciones y aclaraciones. Cuando en aquella mañana del 9 de setiembre en Boquerón, y la batalla que bautizaba en sangre y fuego a los dos ejércitos, tanto paraguayo y boliviano llegaba a algo parecido a una conflagración universal, en donde todas las armas y todos los cuerpos, infantería, caballería, artillería, aviación, con la carga de ametralladoras, morteros y granadas de mano, colisionaban contra el enemigo y estos a su vez como contraparte, el mayor Carlos J. Fernández ya herido exhortaba a toda la 1 División de Infantería del Ejército paraguayo a romper la inercia de la situación estática en los campos de Boquerón. Para intentar salir del atolladero, el Mayor Fernández solicita el apoyo de la artillería. En esta solicitud se ordena a la sección de artillería con cañones Schneider de 75mm. comandada por el Capitán Juan Rovira Salanueva adelantar estos hacia el abra Boquerón; avanzando con el R.I.3 “Corrales” al mando del Mayor José D. Melgarejo –que en esos momentos dejaba su condición de reserva del Cuerpo- hacía primera línea. Sirvientes de cañón de artillería Schneider de 75 mm. “En el momento del desplazamiento de la unidad –comenta Ange Francois Casabianca en su libro Una Guerra Desconocida: La campaña del Chaco Boreal 1932-1935 Volumen 3, pág. 111- hacia la línea de fuego, un tirador boliviano aislado matará de una bala en la cabeza a uno de sus mejores oficiales, el Capitán Oscar Rivas Ortellado […]”. “En el pasaje de la posición de la Batería Rovira, se produjo la explosión prematura de una granada de 75mm. –dice el Coronel Carlos José Fernández en su obra La Guerra del Chaco Tomo I Boquerón, pág. 134- destruyendo el cañón e hiriendo a varios soldados y oficiales, entre los cuales el Comandante de la 1.D. y el del Regimiento Corrales”. El comandante del R.I.3 Corrales era el Mayor José D. Melgarejo, y por las heridas en el accidente con el cañón pide ser evacuado a retaguardia para ser atendido, por lo que el comando de su regimiento lo tomará, así como también el del R.I.2 Ytororó el propio comandante de la 1.D. el Mayor Carlos José Fernández. Pero esta situación en el mando tuvo que cambiar cuando el Mayor Fernández es herido por segunda vez y transmite el mando del comando del R.I.3 Corrales al Capitán Basiliano Caballero Irala. “El Mayor Melgarejo –dice Casabianca en su obra citada- estaba tan convencido del éxito de la ofensiva paraguaya en la que participaba su unidad, que al llegar a Villa Militar (Isla Po´i) para ser atendido, anunciará muy imprudentemente la noticia prematura de la caída de Boquerón.”
Por su parte –Luís Verón en su libro La Guerra del Chaco 1932-1935, págs. 63-64- al narrar estos hechos de aquella memorable gesta militar dice: “Alarmado por el cariz que iba tomando la Lucha, el comandante divisionario (Fernández), recurrió a la reserva para conjurar la situación. Fue en este momento que una bala perdida puso fin a la vida de uno de los más brillantes comandantes de batallón del Regimiento Corrales, el Capitán Oscar Rivas Ortellado. La fogosidad del ataque paraguayo dio la impresión de un innegable triunfo sobre los bolivianos, que el recién nombrado comandante del mismo regimiento, Juan Rovira, evacuado por heridas, informó, a su llegada a Villa Militar, de la victoria paraguaya, noticia inmediatamente transmitida a Asunción, donde la población entusiasmada se volcó a las calles en medio de una algarabía generalizada. Las estaciones radiales de Asunción y Buenos Aires propalaron la noticia y el ministro de Guerra y Marina, doctor Víctor Rojas, telegrafió a Estigarribia diciéndole: En nombre del Presidente de la República presento felicitación a los valientes jefes, oficiales y soldados que han vengado el honor nacional en la retoma de Boquerón, mostrándose herederos de los guerreros del 70. Felicito a ese comando por la inteligencia certera con que ha dirigido las operaciones, haciéndose merecedor de la confianza en él depositada por el pueblo y gobierno. Pero la realidad era bien otra y, para no desmoralizar al público, desde ese momento se le negó toda información sobre la real situación del ejército paraguayo en Boquerón.” Como puede compararse hay una diferencia significativa en este relato de Verón –versión que se parafraseo en el programa TEVEGRAFÍA PARAGUAYA capítulo Boquerón en el Canal 2 Red Guaraní en fecha 23 de mayo de 2011- con el anterior expuesto, y es en cuanto a lo que él afirma en que fue el recién nombrado comandante del mismo regimiento, Juan Rovira, evacuado por heridas, (quien) informó, a su llegada a Villa Militar, de la victoria paraguaya, noticia inmediatamente transmitida a Asunción. En las fuentes que hacen de sustento a los hechos acaecidos en la batalla de Boquerón, en ningún momento se le adjudica al Capitán de Artillería Juan Rovira Salanueva semejante hecho de imprudencia prematura. En la versión que da el Coronel Heriberto Florentín en su libro Lo que he visto en Boquerón, sobre estos mismos hechos en la pág. 183 se lee: “Pero la mala racha no terminó allí; al salir en el cañadón, en la Batería Rovira que se había adelantado hasta ese punto, por imprudencia de un sirviente, explotó una granada y una de sus esquirlas alcanzó al comandante del regimiento (en un pie), obligándolo a retirarse de la línea. Este jefe, a su paso por el Comando del C.E., dio un informe prematuro sobre la toma de Boquerón, lo cual se transformó en un sabroso comunicado, creando posteriormente una difícil situación a la sección prensa del M. de Guerra, que tuvo que inventar el cuento de se pelea en los campos de Boquerón, sosteniendo la supuesta ocupación del fortín, que no era cierto”. Como puede cotejarse a través de las versiones de los mismos protagonistas de aquella gesta militar memorable -como lo son el Coronel Fernández y el Coronel Florentín- encontramos que el comandante que fue evacuado por heridas fue el Mayor José D. Melgarejo, y es este oficial quien en un entusiasmo desmedido soltó la falsa noticia de que Boquerón había caído. Por lo tanto la afirmación de que, el comandante recién nombrado del R.I.3 Corrales el Capitán Juan Rovira Salanueva fue el gestor de este hecho bochornoso es falso. Pues mirando las cosas como sucedieron, en ningún momento este oficial de Artillería fue nombrado comandante del R.I.3 Corrales (el Capitán Basiliano Caballero Irala habla sobre su nombramiento de comandante del R.I.3 en el libro Testimonios Veteranos de Beatriz R.A. de González Oddone, pág, 297 y ss.), al contrario seguía comandando su sección de Batería y mucho menos fue evacuado por heridas a Isla Po´i, esto se refuerza en los partes del conductor de la Guerra en su comunicado nro. 8 que dice: “Según parte recibido esta mañana, ayer a las 16 hs., cayó “Boquerón” rindiéndose la guarnición boliviana, nuestras tropas derrotaron además a la 4ta. División compuesta de 4000 hombres que concurrió a ayudar a las fuerzas bolivianas de Boquerón. Bajas conocidas de nuestra parte: Capitán Oscar Rivas Ortellado, muerto. Mayor José D. Melgarejo, herido. Asunción, 10 de setiembre de 1932”. Como puede leerse en el comunicado oficial no es el Capitán Juan Rovira Salanueva al que se le reporta herido, sino al Mayor José D. Melegarejo, además haciendo un seguimiento del accionar del Capitán Rovira en Boquerón, lo encontramos en horas y días siguientes comandando su unidad con una profesionalidad heroica digna de un oficial del Ejército paraguayo, que a esas alturas ya presagiaba la inscripción de su nombre en los anales de nuestra historia, como definitivamente lo haría en los gloriosos días de 4, 5 y 6 de julio en la batalla de Nanawa, destrozando la ofensiva boliviana y pulverizando sus blindados siendo el Comandante del Grupo de Artillería 2 (G.A.2) “General Francisco Roa”, acción que instituiría el 4 de julio como día de la Artillería paraguaya y al General de Brigada don Juan Rovira Salanueva como uno de los más grandes artilleros que tuvo el Ejército paraguayo en su brillante y rutilante historia.
Retomando el hilo de los sucesos en aquel día infernal en los campos de Boquerón tenemos que: «Hora 12.25. – El comandante de la D.1 es herido por segunda vez, quedando imposibilitado de continuar marchando a pie.» «Hora 13.30. – […] R.I.4 comunica haberse aproximado con sus tropas a las posiciones principales de la defensa del fortín (en parte hasta 4 m.), señalando que los tiros de nuestra artillería eran buenos pues horquillaban dichas posiciones.» «Hora 14.40. – R.I.4 comunica que la compañía Facetti llegó a ocupar la orilla interior del bosque que rodea el fortín y pide la suspensión del fuego de la artillería, sobre ese sector.» «Hora 15.15. – El comandante del I.C.E. informa haber recibido un parte del Destacamento Palacios, comunicando haber ocupado el cañadón 14 de diciembre, aproximándose al fortín y pide acortar los tiros de la artillería .» El ex combatiente boliviano, Antonio Arzabe Reque, escribe en su libro “Boquerón” refiriéndose a la misma fecha, 9 de Septiembre y en horas de la tarde: “Si bien ha cesado el fuego en ambas partes, no así la artillería. Cada dos minutos cae una granada. Imposible descansar. Nuestros oídos nos zumban, y nuestros nervios están destrozados después de cinco horas de continuo batallar. Han caído nueve muertos y más de veintitrés heridos. Da horror ver los destrozos que ha ocasionado la metralla. Cráneos destrozados, vísceras, piernas y brazos hechos añicos, montones de carnes y huesos sanguinolentos, sin forma humana posible”. Sigamos exponiendo el testimonio de los bolivianos en Boquerón, referente a la noche del 9 al 10 de setiembre. Escribe Arzabe Reque: “En toda la noche no ha cesado los disparos de la artillería y los morteros. Los árboles del fortín han ido cayendo uno a uno o desgajándose sus ramas. Parece que una manada de elefantes hubiesen pasado por el bosque, dejando árboles tronchados. Hay decenas de hoyos, dejados por las explosiones de los proyectiles 105”. «El primer día de la batalla terminó con la siguiente orden del comandante del Primer Cuerpo de Ejército: P.C. 9-IX-1932. 20 horas. AL COMANDO DE D.1. Recibí parte referente a situación en el fortín Boquerón mismo y el repliegue momentáneo del Tte. Facetti. Es imprescindible conservar el contacto con el enemigo a fin de provocar su desmoralización completa. Convendría que su artillería disparara de tiempo en tiempo esta noche y hacer cuanto sea posible para apercibirnos si se retira aprovechando la obscuridad […] (Fdo.): Estigarribia.» «Las pérdidas, entre muertos y heridos, unos 100 hombres en total, fueron relativamente pocas, teniendo en cuanta el efectivo empleado. Pero el lamentable desbande de dos regimientos dio la impresión de una derrota, y tal hubiera sido si el enemigo hubiese hecho una salida en la noche del 9-10, en dirección a Pozo Valencia, donde la artillería no contaba con ninguna protección y el comando del Cuerpo contaba tan sólo, como reserva, con 90 hombres del Batallón Z.1. Felizmente el R.I.4 mantuvo quieto al enemigo en sus posiciones, con repetidos y tenaces ataques, durante toda la noche, a pesar de la sed y el hambre de sus bizarras tropas.» El primer día de batalla en Boquerón la «Artillería.- No dio todo lo que era dable esperar de la potencia de su moderno material (dos baterías Schneider 75 mm. y una batería Obuses Schneider 105 mm.) por varios motivos fundamentales: Las baterías fueron adquiridas sin sus elementos básicos para la Plana Mayor (carros observatorios y red telefónica de grupo). La comunicación se estableció mediante estafetas a caballo, con el inconveniente de una perdida enorme de tiempo para el reglaje; No existía ninguna carta de la región y no se conocía el terreno. La corrección del tiro corría a veces a cargo de las tropas de infantería. Nuestros oficiales artilleros tenían preparación técnica de tiro pero carecían de la práctica en los enlaces y cooperación entre las distintas armas. » «En la noche del 9-IX-1932 el comando del I.C.E. hizo tender una línea telefónica hasta el P.C. de la D.1, mediante la cual pude enterarle verbalmente del desarrollo del combate y la intención de iniciar un cerco del fortín para impedir su retirada, en espera de nuestra organización y la llegada de refuerzos ya anunciados, para continuar nuestros ataques contra los defensores del fortín. En la noche del 9 de setiembre, nuestra artillería puede decirse, estuvo confundida en la línea de la infantería, cuando agobiados por la sed, los bravos infantes buscaban en la retaguardia un jarro de agua, para volver a su puesto. Desplazamiento de cañón de artillería Schneider de 75 mm. En las últimas horas de ese día, y previo acuerdo con el Comando del Cuerpo, el de la D.1 designó al Capitán Basiliano Caballero Irala comandante accidental del R.I.3 “Corrales”. Al mismo tiempo impartió la orden para sitiar el reducto enemigo […].» «Orden de operaciones No. 2 […] La artillería y los morteros efectuarán tiros de destrucción, y las ametralladoras pesadas efectuarán tiros de hostigamiento o de neutralización. Los comandantes de Unidades deberán tomar todas las medidas para asegurar objetivos y corrección de tiros de artillería. Además, los tiros de morteros serán intercalados entre los de artillería. […] (Fdo.): C. Fernández, mayor y comandante de la I Div.» La artillería Schneider, como lo demuestran post testimonios bolivianos, referentes a Boquerón, actuó con mucha eficacia, pero no todas las baterías estuvieron en primera línea, especialmente las de 105. En los días subsiguientes, el empleo de la artillería resultaba peligroso puesto que nuestras líneas alrededor del fortín se habían estrechado considerablemente; en algunos sectores, a distancia de bayoneta. Fue la progresión por milímetros. Ya en las acciones del día 10 de setiembre de 1932 en Boquerón siendo la «Hora 10.12. – […] El R.I.4 informa que los tiros de la artillería son buenos, si el objetivo es la orilla del bosque que rodea al fortín.» En lo que respecta a la mañana del 10 de setiembre, escribió el Mayor Taborga, en su diario de guerra; “Toda la noche ha hostigado la artillería enemiga, Apenas clarea, se reinicia la batalla”. La única pieza de artillería 75 con que contábamos ha sido batida. Seis de sus sirvientes han volado junto a ella. Su Comandante, el Teniente Jorge Calero, se ha salvado milagrosamente.” Arzabe Reque describe, con más detalles este éxito de nuestra artillería: “El Teniente Calero que comandaba dicha pieza se encontraba más o menos a veinte pasos de un momento a otro se oye en el espacio un ruido como el silbar de un ave y pronto se escucha una explosión. Fragmentos metálicos y un rayo de luz, rasga el espacio y con ellos, seis sirvientes de la pieza volaron. El Teniente Calero, se había salvado milagrosamente. Pálido como una cera se incorporó y buscó refugio en un hoyo.Los restos de aquellos muchachos, fueron recogidos trabajosamente y luego depositados en una fosa, que los camilleros ya tenían lista para posibles bajas de aquel día”. En el día 12 de setiembre de 1932, siendo la «Hora 18.50. – El G.A.2 comunica que no pudo satisfacer los pedidos de apoyo de los regimientos R.I.2 y R.I.4, porque los partes llegaron con mucho atraso en relación a la hora en que debía efectuarse los disparos en protección del ataque del Batallón Paredes, fijado para las 17 horas, sobre la “Punta Brava”.» El día 12 de setiembre se acopla a las acciones el Grupo 1 de Artillería “Gral. Bruguéz”, con el siguiente plantel de oficiales en la Unidad: Comandante de Grupo Mayor José Luis Vera, Ayudante Teniente 1º Alberto Gústale, Intendente Capitán Administración Manuel Achucarro, Médico Teniente 1º Dr. Eliseo Sánchez, Veterinario Teniente 2º Vet. Victoriano Arámbulo, Farmacéutico Teniente 2º Benito González Armero Teniente 2º Mario Perito. 1ra. Batería “75”: Comandante Capitán Amancio Pampliega, Oficial de Tiro Teniente 2º Alberto Sánchez, Oficial de Ordenes Teniente 2º Herminio Morínigo, Oficial Orientador Teniente 2º Reserva Julio César Pompa. 2da. Batería “75”: Comandante Capitán Enrique Godoy Cáceres, Oficial de Tiro Teniente 2º Manuel Toranzos, Oficial de Ordenes Teniente 2º Carlos Montanaro, Oficial Orientador Teniente 2º Alfredo Stroessner? (así lo incluye Raimundo Rolón en su libro sobre “El bautismo de fuego de la artillería”, versión falsa como sabemos por otras fuentes que la contradicen) 3ra. Batería “105”: Comandante Teniente 1º Julián Espínola, Oficial de Tiro Teniente 2º Anastasio Martínez, Oficial de Ordenes Teniente 2º Zenón Morínigo «P.C. G.A.2 14-IX-1932. Al comando de la I División. Samuhú. El comando del C.E. ha dispuesto que el general Belaieff sea utilizado en la artillería. Con mucho gusto le aceptamos con el título de consejero técnico y orientador del Agrupamiento.” La organización del comando de los dos grupos fue hecha a base de simple acuerdo. Cada comandante continuo siendo orgánicamente el jefe del grupo. Pero, para la preparación y ejecución del tiro durante la tarea, se constituyeron dos grupos: uno de 105 y otro de 75. Estos grupos son de dos baterías cada uno, emplazadas al N. de Boquerón, en el gran cañadón. La batería del Capitán Yegros (Fulgencio) continúo en su emplazamiento. La sección Rovira estaba situada sobre la picada nueva y apoyada su cabeza en la recta, para entrar en posición por la noche. Se trabajo bastante en la preparación del tiro. La comunicación transversal que el grupo proporciono a la División fue sumamente útil. El general Belaieff, con dos estafetas del Grupo, van para llegar hasta el P.C. del Mayor Ortíz, y de allí cumplir tarea que interesa a la preparación del tiro. «Ese día 14 también se dispuso el traslado de los puestos de Combate del I.C.E. y de la D.1 sobre la recta Boquerón-Villa Militar, en vista de la nueva situación creada con la presencia de la totalidad de la D.2; y especialmente con la concurrencia del R.I.6, y aprovechando el camino abierto por el G.A.2 que unía los dos caminos que de Villa Militar convergen hacía Boquerón.» «Nro. 48. P.C. 14-IX-1932. 17 horas. Al comando de la D.1. […] El comando de la II División dispone de varios teléfonos que están depositados en Villa Militar y ha dispuesto con la más buena voluntad de poner a disposición del G.A. 2. Solicito intervención de ese comando a fin de que esos elementos sean remitidos en la mayor brevedad posible […]». En el día 15 de setiembre el «El G.A.2 transmite orden del I.C.E. al Mayor Almonacid referente a observaciones del tiro sobre Boquerón.» en este sentido se lee « Mayor Almonacid. De orden del comandante en jefe, se servirá controlar hoy los tiros de nuestras baterías transmitiendo observación por código. El objetivo será un reducto que está junto a un corral con ganado al S.O. del fortín Boquerón y las obras en el frente Oeste. (Fdo.): Capitán Rolón. Set. 15-1932» Para la segunda maniobra de ataque general sobre Boquerón en el orden general de operaciones se lee: « […] 10) PREPARACIÓN DE LA ARTILLERÍA.- Habrá una preparación de artillería que empezará a la hora H menos 2, teniendo como objetivo principal la destrucción de los nidos de ametralladoras enemigos del recinto del fortín Boquerón. A la hora H las artillerías divisionarias desplazarán sus tiros sobre las posiciones enemigas del sur del recinto de Boquerón por espacio de 15 (quince) minutos. Las artillerías de las dos divisiones tendrán preparado tiros de protección hacia la boca de la picada del camino Boquerón-Yucra que se desencadenará a pedido del comando de la 2da. División.» «En cuanto a la actividad de la artillería en el día 18, la D.1 dispuso emplear la batería Rovira (reducida a dos cañones 75, por rotura de los otros dos) en el subsector del R.I.2 y la batería Yegros en el del R.I.4, como cañón de acompañamiento inmediato con la misión de hacer tiros de puntería directa contra los nidos de ametralladora de la “Punta Brava”, ya que el bombardeo del día anterior no destruyó al parecer ningún elemento de la defensa enemiga.» «I.C.E. E.M Sec. Ira. No. 68. P.C. 20-IX- 1932. 11.45. A los Comandos de la Ira. y 2da. Divisiones de Infantería. A fin de facilitar la observación de los tiros de Artillería, tanto por las tropas de primera línea como por la Aviación, ese comando se servirá ordenar a sus artillerías divisionarias procedan a la numeración de los objetivos y zonas sobre las cuales puedan hacer tiro de eficacia. Esta medida es importante también desde el punto de vista del Comando a fin de poder ordenar la iniciación o cese del tiro de Artillería sobre tal o cual objetivo, según las necesidades de las operaciones. Se servirá avisar el cumplimiento de la presente orden. El Tte. Cnel. Cte. En Jefe. (Fdo.): ESTIGARRIBIA.» «El Grupo de Artillería “General Roa” Nro. 2 comunicó el mismo día 20 que la batería 105 del G.A.2 tenía los siguientes objetivos: Nro.1) “Punta Brava” Nro.2) El recinto del fortín. La batería Yegros (75 mm.) recibía misión táctica directamente del R.I.4, y la Sección Rovira (75 mm.) del R.I.2. En el frente del R.I.4, donde era imposible avanzar en el campo abierto, se ensayó la progresión mediante zanjas de comunicación; y para facilitar la tarea se ordenó a la artillería divisionaria ejecutara un fuego sistemático, durante el día, contra la “Punta Brava” y los objetivos sobre los cuales tenía ya reglados sus tiros. «La infantería no puede avanzar –dice el Cnel. Juan Bautista Ayala- si no está apoyada por fuegos poderosos. Se debe realizar la combinación entre el fuego y el movimiento. En el campo de batalla, la artillería es el generador del movimiento. Sin el apoyo de la artillería se expone a la infantería a pérdidas sangrientas.» Para la destrucción de los nidos de automáticas por la artillería, se dispuso que en cada subsector se emplazase una batería de 75 mm. en primera línea. Una sección fue destacada en el del R.I.2. Su comandante, el Capitán Juan Rovira fue el primer artillero que inició la observación personal de los objetivos señalados por la infantería, para su Sección, con cuyo procedimiento pudo, en breve tiempo, identificándose con las modalidades de sus camaradas infantes, satisfacer oportuna y eficazmente el apoyo de fuego solicitado, casi siempre imprevisto y de carácter urgente. Esta camaradería de armas que dio por resultado una excelente cooperación en el combate, produjo la combinación efectiva, muy eficaz, de ambos fuegos, la cual inició en la noche del 23 de setiembre, en ocasión de un ataque nocturno del enemigo que fue prontamente rechazado mediante la feliz intervención de la Sección Rovira. El comandante del Grupo (Capitán Raimundo Rolón) no era muy partidario del empleo de la artillería en la primera línea por el temor de ser destruidas las piezas por el fuego enemigo de las armas menudas siendo el cañón un material muy costoso y de difícil remplazo. Pero el apremio de reducir cuanto antes la resistencia del adversario para facilitar el asalto final justificaba la medida por aquello de que todas las armas son auxiliares de la reina de las batallas (la infantería) y se impone el sacrificio de ellas cuando las circunstancias así lo exigen o compensan. En realidad, nunca fueron llevadas las piezas a la línea de los tiradores; la batería Yegros ni siquiera cambió de emplazamiento, pues solamente se le despejó su campo de observación. La infantería aplaudió calurosamente la presencia, en sus posiciones de los artilleros. El día 23 de setiembre de 1932 «La Sección Rovira recibió misión de preparar tiros de contención delante de la línea defensiva recientemente formada, a unos 200 metros delante de los puntos ocupados por los retenes avanzados que se concentraron después de la línea de vigilancia de las posiciones principales de resistencia. Todas las tropas ocupaban una sola línea por falta de efectivo suficiente para cubrir el extenso frente creado, en algún sentido de profundidad, como se tenía en otros sectores. Un ataque enemigo, primero y único ataque nocturno realizado durante la batalla de Boquerón, se produjo a las 22 horas con gran violencia y sin reconocimiento previo, seguramente para producir confusión mediante la sorpresa a esa hora. El ímpetu del ataque fue tal que sus primeras olas llegaron hasta cuarenta metros de nuestras posiciones, en partes mucho menos, donde se entablo un violento combate apoyados los atacantes por el fuego de los defensores del fortín, dando la sensación de un doble ataque. El eficaz apoyo de la sección de 7,5 al mando del capitán Rovira, que esa tarde había efectuado el reglaje de sus tiros para ese campo, hizo fracasar el ataque nocturno; el enemigo dejó sobre el teatro de la acción numerosos muertos y abundante material de guerra que fueron recogidos por nosotros más tarde. La acción duró hasta las 23 horas.»
En su orden de operaciones número 4 El Primer Cuerpo de Ejército disponía entre otras cosas: « […] Artillería. Habrá una preparación de artillería que comenzará a la hora H menos quince minutos, tomando como objetivo la destrucción del recinto interior del fortín “Boquerón”. Terminado el fuego de preparación, las baterías de 75 se alistarán para actuar eventualmente como artillería de acompañamiento inmediato, satisfaciendo pedidos de las unidades de primera línea, en primera urgencia los de la D.1.» «Como se ve en la orden transcripta, por primera vez se dispuso emplear las baterías de 7,5 como artillería de acompañamiento, medida que fue solicitada por los comandantes de las unidades atacantes en previsión de que la preparación no lograse destruir las posiciones enemigas o silenciar los nidos de resistencia, como sucedió en esta y otras ocasiones, ya que en la práctica no se llegó a emplearlas como estaba ordenado por lo que fracasamos nuevamente al no alcanzar ese día los objetivos propuestos.» Desplazamientos de cañones de artillería Schneider de 75 mm. El 28 de setiembre surgió en diversos sectores de la infantería la idea de que sería imposible tomar las posiciones bolivianas de Boquerón, sin empleo decisivo de la artillería. Como esto era muy arriesgado, dada la estrechez del cerco, el Teniente Coronel Camilo Recalde propuso una retirada de nuestras fuerzas de infantería en 700 a 900 metros, a fin de dar un espacio para que todas las bocas de fuego (artillería y morteros) se concentraran para destruir las alambradas y trincheras bolivianas, frente a nuestra Primera división. La idea encontró oposición de algunos jefes, quienes opinaban que semejante retirada deprimiría la moral de nuestras tropas y alentaría la de los bolivianos. Fue, finalmente, rechazada y nuestra infantería se aprestó para ejecutar el asalto final al día siguiente. Este esfuerzo heroico final, resultó a la postre innecesario, porque en la mañana del 29 de setiembre el fortín amaneció adornado con banderas blancas, la resistencia del destacamento Marzana se había agotado, después de veinte días da denodados combates. Boquerón había vuelto al Poder Paraguayo.
Fue una victoria de repercusión decisiva sobre el curso de la guerra. Abatió de modo irreversible la moral de los bolivianos y electrizó al pueblo paraguayo, confiriéndole fe inquebrantable en su ejército y en su conductor, el Teniente Coronel José Félix Estigarribia. En esta victoria decisiva, nuestra artillería había recibido su bautismo de fuego, desempeñando función principalísima. Nuestra artillería acompañada por los morteros, causó el 90 de las bajas de las fuerzas bolivianas, emplazadas en el fortín y en sus trincheras, mucho contribuyó para destruir las instalaciones de los bolivianos y para descomponer su organización. Fue su incesante actuación devastadora de día y de noche, factor fundamental para minar la moral del ocasional adversario, hasta producir su colapso final. La victoria de Boquerón, por tanto, es un Día de Gloria para la Artillería Paraguaya, en lo que fueron los 20 días de intenso combate, la batería comandada por el certero Capitán Juan Rovira Salanueva no dio respiros al aguerrido invasor boliviano prestando apoyo a las demás armas hermanas.



viernes, 31 de agosto de 2018

Algunas reflexiones en torno a la creación de José Asunción Flores a 114 años de su nacimiento


                                                       Por Víctor M. Oxley* (victoroxley@gmail.com)


José Asunción Flores nacía un 27 de agosto de 1904 (fecha hoy día en que celebramos el día de la guarania en memoria de este gran patriota), año revolucionario en lo político, pero de sígnica premonición, pues años más tarde nuestro reseñado también llevaría la batuta, no las armas, dirigiendo el norte de nuestra cultura musical en su original innovación y consecuente revolución, la creación de un nuevo estilo musical de raíces autóctonas: la guarania.

Es importante señalar que Aristóbulo "Nonón" Domínguez editó en Buenos Aires allá por 1920 un álbum de partituras denominado “Aires nacionales paraguayos”. Es importante resaltar que por aquella época las transcripciones de música paraguaya se hacían según la capacidad del transcriptor, y estos por lo general no eran paraguayos, así Domínguez logró transcripciones en mensuración 2/4 como por ejemplo “London Carapé”, pero por su parte Agustín Barrios Mangoré, hacía lo suyo con la misma obra citada por ejemplo en 3/4, melódicamente son diferentes pero las agrupaciones rítmicas de notas se asemejan bastante. Ahora con respecto a la obra London Carapé ¿Dónde termina la versión original de la melodía popular y donde empieza la reinterpretación de esta por los autores citados? Esta pregunta exige un buen esfuerzo reconstructivo en cuanto investigación. Las habilidades de ambos los llevó a transcribir la polca en mensuraciones distintas, el primero lo hizo en binario y el segundo en ternario, más hoy es costumbre seguir la práctica del maestro José Asunción Flores y escribirlas en 6/8 (también ritmo ternario), pero hay que tener muy en cuenta que la escritura musical es una convención humana y como tal, cualquier agrupación de figuras musicales puede escribirse bajo cualquier mensuración, la barra del compás fue un invento de los editores de música, y solo responde a criterios pragmáticos orientados hacia la lectura de los músicos de las partituras, siendo así no se puede absolutizar la premisa de que existe una forma “verdadera”, como pregona el maestro Florentín Giménez, y así única de escribir música paraguaya, pues este postulado cierra las puertas a las jóvenes mentes creadoras que intentan crear y dar nuevos bríos a la música de corte folclorista de nuestra nación (muy bien se puede escribir en un pulso binario como el 2/4 tresillos de corcheas que duran lo que se extiende una negra, y esta posibilidad refuta aquello que solo hay una forma verdadera y única de escribir la música paraguaya (o cualquier idea musical), si bien esto exige capacidades al intérprete). Describir esta situación es solo sostener que hay maneras más prácticas o menos prácticas de escribir la música paraguaya, maneras que facilitan o dificultan su interpretación (o de cualquier música en general). La finalidad de la escritura musical -así como expresara Nelson Goodman en su obra “Lenguajes del Arte”- es la preservación de la obra, pero no de la partitura, con este procedimiento queda así asegurada; y en la medida que la preservación de la obra es primordial, y la de la partitura accesoria, la redundancia será tolerable.

Flores se formó musicalmente en la Banda de Músicos de la Policía Nacional que, en aquellos años de la segunda década del 20 en el siglo XX, estaba dirigida por el padre de la música erudita del Paraguay, el italiano Nicolino Pellegrini (también maestro de teoría musical y de cello del genio máximo de la guitarra clásica, el más universal de los paraguayos: Agustín Barrios Mangoré) secundado por Salvador Dentice.

Bien orientado en cuanto los fundamentos musicales con estos maestros italianos, Flores de a poco fue desarrollando su germen intuitivo creativo dentro del contexto de la erudición y el talento hasta llegar a su madurez imaginativa, allá por los años de 1925 cuando con su obra en la mensuración de 6/8 “Jejuí”, primera guarania, inicia un nuevo sendero en la cultura musical de nuestro país, ya para 1928 las guaranias “kerasy” y “arribeño resay” ya se habían popularizado sorteando la resistencia del conservadurismo cultural dentro de nuestros ámbitos sociales. 

Como muy bien se define en lo académico a la música folclórica, como aquella de creación anónima y popular, la obra del maestro Flores se encasilla dentro de la música imaginario-folclorista, pues ya no responde a esa definición, su música es producto de una mente bien preparada y erudita, lejos de los rudimentos simples de la música creada e interpretada por los músicos “de oído” y por supuesto es acuñada y rubricada en primera persona con propio nombre y apellido. 

Paralelamente a Herminio Giménez quien fue el primero que comprendio que la música paraguaya estaba enmarcada dentro de unos estrechos límites en cuanto recursos técnicos, pero apuntando a otra finalidad, Flores se embarcaba en una aventura no menos emocionante, la creación de un nuevo género folclórico, La guarania; su impulso imperante y su temperamento inquieto lo llevan a la creación de un nuevo orden en el folclore nacional, Flores asume esa tendencia comportamental de buscar nuevas estructuras, ricas en infinitas posibilidades; como él mismo lo expresó, la guarania deja las puertas abiertas a la polifonía, su compás no es específicamente el 6/8, donde muchos creen ver la innovación. En ella cabe cualquier compás, según la exigencia del tema que se desarrolla, dando lugar a modulaciones, superposición de tonalidades, variaciones contrapuntísticas y fugas que la jerarquizan.

En las décadas del 30 y del 40, el lenguaje musical folclórico paraguayo ya estaba consolidado, y como buen ejemplo de ello, el nuevo género de “la guarania”. La estructuración de un lenguaje propio desde sus elementos básicos fija un paradigma estético que ha solucionado, en gran parte, lo que su impulsor y constructor creyó deficiente. Una vez franqueados estos escollos, la imaginación despreocupada no hace más que emprender sus vuelos más audaces. Por su parte otros músicos, como ser Mauricio Cardozo Ocampo, Agustín Barboza, Eladio Martínez, Demetrio Ortiz, Emigdio Ayala Báez y una lista extensa, son ejemplos de artistas que comprendieron la nueva estética, y a partir de este hecho supieron materializar excelentes obras dentro de las posibilidades sintácticas y semánticas del nuevo género musical paraguayo.
El muralismo iberoamericano encuentra sus impulsos motores en el deseo de grandiosidad de las dimensiones, conjugando esto con una reafirmación de sus orígenes. En este sentido, sería el pintor ecuatoriano Guayasamín que, queriendo emitir un mensaje con contenido social, utilizaría el mural, como queriendo de este modo, en gran escala y con mayor fuerza, hacer su denuncia. En los años veinte del siglo XX se validaron ciertos aspectos plásticos del arte precolombino: simplicidad de volúmenes, espontaneidad, etc. y como solución emergente de creación original se encuentra una salida, la de integrar ciertas técnicas europeas con otros elementos autóctonos. De aquí en adelante sigue la magnífica plasmación del muralismo iberoamericano. José Asunción Flores, de igual manera, busca la monumentalidad de su arte, y este objetivo solo lo alcanzaría en un gran formato: la música sinfónica; pero su instinto de creador original lo lleva a partir de sus raíces autóctonas musicales, y de este maridaje sui géneris, construiría su monumental guarania sonfónica con obras como “Mburicao”, “Pyhare Pyte”, Ne rendape ajú” etc. un nuevo lenguaje y forma sinfónica.

El maestro José Asunción Flores ha superado la prueba del tiempo, hoy su creación es una de nuestras más preciadas joyas de la cultura paraguaya.





* Dr. en Ciencias de la Educación, Lic. en Filosofía y músico

martes, 7 de agosto de 2018

7 de agosto de 1944 (día de la transcendentalidad de Agustín Barrios Mangoré)


El Dr. Bracamonte comenta en su libro citado que: 

“La protección de Martínez llega hasta que perdió el poder y sucedió que, habiendo surgido una calumnia […] Algo insólito se produjo en la trama del destino: en cuanto el protector es desterrado y antes de ser objeto de situación degradante (el despido de la Escuela de Música de Mangoré) y ante la imposibilidad de llegar por otros caminos a hacer fortuna y a los pocos días de perdido el brazo protector, muere Mangoré”, 

efectivamente agustín Barrios Mangoré muere un día 7 de Agosto, como el día de hoy, pero de 1944 en la hermana nación de El Salvador en San Salvador C.A. En estos últimos años la importancia que ha cobrado la figura de Agustín Barrios Mangoré en el Paraguay y en el mundo ha crecido exponencialmente. Unas 121 obras repartidas en 37 editoras de Música han publicado la música de Agustín Pío Barrios Mangoré, de las cuales en total existen 507 ediciones (cifra estimada por unidad). Como puede inferirse de los datos anteriores, el tráfico comercial de las obras de Agustín Pío Barrios Mangoré es muy fluido y en constante crecimiento a nivel internacional. 

En una nota presentada por los herederos de Mangoré al Congreso Nacional se puede leer: 

“Asunción, 5 de mayo de 2015 [ … ] Tenemos a bien de dirigirnos a Vuestra Excelencia [ … ] herederos legítimos del connotado compositor e intérprete de guitarra paraguayo Don Agustín Pío Barrios Mangoré, a fin de expresarles nuestro deseo de que los restos de nuestro genearca familiar que reposan en el cementerio de la ciudad de San Salvador, El Salvador (C.A.) sean repatriados a la ciudad de sus orígenes, San Juan Bautista de las Misiones en el Paraguay.” Por lo pronto las autoridades nacionales han reconocido públicamente la condición de verdaderos herederos del genial Mangoré a Marcelo Barrios, Julián y Claudia Rodríguez, y a sus tías Carmen Francisca y Alicia Susana Barrios a partir de un reconocimiento del Congreso de la Nación al genio paraguayo en la presencia de sus herederos verdaderos, y desde ello, esperamos que los restos de nuestro ilustre conciudadano Don Agustín Pío Barrios Mangoré, descansen de una vez por todas en su Ha che valle San Juan Bautista de las Misiones, en su querido país el Paraguay a pedido de su familiares directos, será un acto de total justicia que tal gestión a nombre de la ciudadanía toda, la concrete el Estado mediante sus autoridades electas y designadas.


sábado, 23 de junio de 2018

A propósito de Catedrales y singularidades

(publicado el sábado 23 de junio de 2018 en el suplemento Correo Semanal del diario Última Hora)                                                     

                                                                                   Por Víctor M. Oxley*

En una escena de la memorable película "La misión", con protagonistas no menos afamados, como Robert de Niro, Jeremy Irons entre otros, se perfilan los márgenes de un cruzamiento argumental de raciocinios de quiméricos bicéfalos, en donde se ponen en juicio, desde los forceps pre juiciosos de españoles-europeos,  la naturaleza humana de los nativos guaraníes.
Un niño nativo hace gala de sus dotes musicales en prístina belleza entonando una melodía con notas celestiales, que lejos de dejar pasmados a los espectadores, lleva  a estos a sostener la radical idea, que esa sublime manifestación es la emergencia vacía del reflejo de una sombra humana. Las misiones jesuíticas en el Paraguay fueron el taller del herrero, en donde en singular experiencia se forjaron en molde europeo las estructuras psíquicas de los nativos; que a parte de la adoctrinación y dogmatización a que fueron sometidos, desarrollaron habilidades desconocidas hasta casi increíbles a ojo de aquellos mentores europeos, ya no practicaban la antropofagia sino que su fagocitosis transmutaba al engullimiento cultural de las "Letras y las Artes". Los nativos se convirtieron en auténticos copistas al estilo medioeval, artistas de los moldes gráficos que plasmaron en auténtica belleza los códices que reproducían, así también aprendieron a controlar su flexible imaginación dentro de la rigurosa disciplina que impone el marco musical del arte barroco de Purcell, Handel, Vivaldi y Bach, creando un verdadero milagro jamás imaginado ni soñado, ni en los enjundiosos delirios del que no tiene muros de contención mentales, "EL BARROCO GUARANI".
Hasta aquí todo es de maravillarse, para desteñir este cuadro de pureza ideal, sólo basta tirar el baldazo de agua que deja diluir los colores matizándolos en los de la mezquindad egoísta del prejuicio antes citado, pero esta vez bajo otros ropajes; "el de una prohibición celosa  que proscribe la justicia de una autoafirmación, la que liga perennemente al ente creado con su creador (la firma autoral), acto que no deja más que aflorar la mediocridad de unos sensores, que creyendo que al permitir que estos nativos estampasen firma en sus creaciones, pudieran estos igualarles en condición, no digo socio sino culturalmente, y tal vez con el temor añadido y construido sobre una hipotética posibilidad de quedar superados.
Lamentablemente el azar jugó su papel dentro de este continuo mundo de variables desconocidas que es la historia y comprimió el espacio-tiempo de esta posibilidad en la singularidad discontinua apresada en su propia gravedad. Hoy excita nuestras mentes el recrearnos un mundo efecto de aquella posible causa que fue truncada ¿Que sería hoy de nuestra cultura, si aquellos gérmenes hubieran evolucionado sus tentáculos hasta nuestros días? Agustín Barrios gastaba broma a sus contemporáneos comentando que él era el cacique Mangoré, un indio forjado en aquel taller jesuítico, donde en el cual aprendió el dominio de su arte.
Los grandes centros urbanos de la Europa medioeval, como muestra de importancia erigían sus imponentes catedrales, afirmando su orgullo y conciencia de magnificencia en ello. Estas imponentes estructuras, aparte de ser ejemplares muestras de la habilidad constructiva racional humana, encontraron su finalidad hacia la noble tarea perpetuadora del conocimiento humano, cargando con la misión de convertirse en los centros del saber, y de esta manera las encontramos como antecesoras de la Moderna Universidad, pues en ellas se dictaban cátedras ordenadas en grupos como el Trívium y el Cuadrivium. Los catedráticos eran los maestros especialistas que se encargaban de formar las mentes en flexible y sutil dialéctica.
Es conocido por todos que Agustín Barrios tuvo un encuentro con el afamado Andrés Segovia en Buenos Aires, un amigo en común los presenta; Barrios en propia habitación y en guitarra misma de Segovia despliega sus habilidades magistrales.
Es fácil imaginar la impresión que debió de causar al europeo, de entre las obras que interpretó para aquél estaba su imponente "La Catedral", pues Barrios mismo cuenta la atención de Segovia sobre esta en particular,  las crónicas relatan la promesa de Barrios hacia Segovia de entregarle una copia de aquella para que la incorporara en su repertorio; lo cierto es que Segovia nunca la tocó e ignoró a Barrios en este sentido, su orgullo lo llevó a darle la espalda, pues el resorte psicológico que conduce a Segovia a ello es, que de incorporar esa obra soberbia y magnífica, sería reconocer abiertamente en igualdad de condiciones (interpretativas y con el agregado extra de genial compositor) a su rival (los dos buscaban un lugar de reconocimiento en la cima musical, sólo que Segovia representaba la tradición europea y Barrios la ahistoricidad de una conciencia potencial, que podría de erigirse en nueva y original tradición) ante el hipotético y potencial público futuro.
Que distinto hubiera sido si aquel embrión jesuítico no se hubiera extirpado, que lógico y causal hubiese sido para nosotros entender la existencia del genio de Agustín Barrios como natural efecto de aquel, hoy entenderíamos seguramente que el neobarroquismo de Barrios hunde sus raíces en Domenico Zipoli y quien sabe el nombre de aquellos nativos anónimos que blandieron el pulso en líneas y puntos de manchas sobre papel pautado y no quemaríamos neuronas tratando de juntar las piezas de un rompecabezas buscando genéticas filiaciones en el barroco musical europeo para justificarlo como fenómeno singular de la historia.
Como si el azar de la historia nos tendiese una broma en constante burla a nosotros, nos exuda el hecho de que fue una obra titulada "La Catedral", eje de aquella situación entre dos grandes, en la cual el anónimo nativo sienta cátedra de soberbio virtuoso ante los ojos atónitos del orgulloso europeo; pero también quiso este ramdomizado devenir, que de alguna manera se haga justicia con aquellos postergados artistas del barroco guaraní, al encontrar el devenir cultural en Agustín Barrios -el cacique Nitsuga Mangoré- la figura reivindicadora, sólo que esta vez, con pulso firme y seguro de sí mismo -en aquellos maravillosos meses que van entre marzo a mayo de 1921 (escribió el manuscrito de La Catedral a su mecenas y amigo uruguayo Martin Borda y Pagola)- este plasmó su nombre con mayúsculas en la historia.

 *Dr. en Ciencias de la Educación, Lic. en Filosofía y músico


sábado, 5 de mayo de 2018

LA COACCIÓN Y COERCIÓN INLOCUTIVA DEL PODER


                                                                                                                   Por Dr. Victor M. Oxley
Hacer uso de la lengua es hacer cosas con palabras y fue el filósofo oxoniense John L. Austin quien supo plasmar esta idea con su genial “Teoría de los Actos del Habla”. En esta el autor clasifica tres actos que siempre se dan con el uso del lenguaje, los actos locutivos, inlocutivos y perlocutivos. El acto locutivo contempla la acción o simplemente consiste en decir algo; por su parte el acto inlocutivo, a diferencia del acto locutivo, consiste en accionar al decir algo; por último el acto perlocutivo es la consecuencia o el resultado del acto inlocutivo (puede darse o no este, esta relación no es simétrica, pero casi siempre esta instancia aparece), es el acto que se lleva a cabo por el hecho de haber efectuado un acto inlocutivo.
En la proferencia que hace el ladrón cuando perpetra su fechoría “la bolsa o la vida” pueden graficarse claramente los actos del habla. La enunciación de la frase es el acto locutivo que como habíamos definido consiste en decir algo; en este decir algo está amenazando de muerte a su víctima (acto inlocutivo), quien a consecuencia de ello queda intimidada (acto perlocutivo).
En lo que sigue iremos señalando como el discurso político ejerce influencia inmediata sobre los ciudadanos a partir del entramado de sus comunicados y alegatos en la imposición de la realidad decretada a partir de sus palabras creando una percepción falsa de la única realidad.
Para empezar tomemos la declaración efectuada por el Presidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral, Jaime Bestard, efectuada hacia el final de aquella jornada electoral del 22 de abril pasado.
“[…] a esta altura de la noche, con el 96% de la transmisión de resultados de nuestro sistema,  tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los candidatos, que según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente irreversible, aclaro que la transmisión de las últimas mesas pendientes, va a continuar y esta continuando de hecho, existen ya menos de mil mesas a ser cargadas, y esa cantidad de votos a ser escrutados, hacen imposible que se revierta el resultado, en consecuencia, de acuerdo a toda nuestra experiencia y a los resultados siempre certeros del TREP, el Presidente de la República del Paraguay es el Sr. Mario Abdo Benítez”.
En este comunicado existen múltiples variables que componen la proposición. 1) La “hora” o el espacio-tiempo en que fue hecho el enunciado (esta variable es empírica), 2) el estado o momento concreto en el cual se encontraba el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) en cuanto al progreso de su carga (esta variable es empírica), 3) un índice de propensión o tendencia estadística (variable empírica) y una variable que es causa de las 2 y 3, y que podríamos decir es 1 de ganador (adoptando términos de la Teoría de Juegos).
Reduciendo el enunciado a sus componentes principales, aplicando el método de eliminar la redundancia de frases de apoyo o de reforzamiento del argumento como “a esta altura de la noche”, “tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los candidatos, que según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente irreversible”, “aclaro que la transmisión de las últimas mesas pendientes, va a continuar y esta continuando de hecho, existen ya menos de mil mesas a ser cargadas, y esa cantidad de votos a ser escrutados, hacen imposible que se revierta el resultado”,  “en consecuencia, de acuerdo a toda nuestra experiencia y a los resultados siempre certeros del TREP”; podemos enunciar la proposición p1 en lo siguiente:
p1: “con el 96% de la transmisión de resultados de nuestro sistema, el Presidente de la República del Paraguay es el Sr. Mario Abdo Benítez”.
La proposición p1 impone inlocutivamente un estado de cosas y busca perlocutivamente la resignación del receptor en cuanto de que debe inexorablemente aceptar el resultado.
Para imponer tal estado de cosas el emisor apuntaló su idea en los reforzamientos de que “según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente irreversible” también de que “la transmisión de las últimas mesas pendientes, va a continuar y esta continuando de hecho, existen ya menos de mil mesas a ser cargadas, y esa cantidad de votos a ser escrutados, hacen imposible que se revierta el resultado” y “en consecuencia, de acuerdo a toda nuestra experiencia y a los resultados siempre certeros del TREP”.
Es de lo más cuestionado, que ya en el filo de la noche de la jornada electoral el ministro Jaime Bestard del Tribunal Superior de Justicia Electoral haya utilizado el término “Presidente de la República del Paraguay” al dar como ganador a Mario Abdo Benítez solo con los datos del TREP, pues lo que se estilaba como expresión lingüística sobre tal comunicación sería hablar del candidato con mayores votos,  virtual ganador o frases símiles.
Esta retórica -que podríamos categorizar como la coacción y coerción inlocutiva del poder-, enuncia su proferencia desde la investidura de Ministro que le da el Poder (Paul Watzlawick en su “Teoría de la Comunicación Humana” categorizaría esta acción como comunicación “complementaria” ya que el que comunica esta en un plano muy diferente del que escucha, no es simétrica pues no se da en planos de igualdad), y desde tal lugar, solo se limita a obligar a aceptar inexorablemente sus designios a sus súbditos.
La jornada electoral del 22 de abril pasado se llevó a cabo hasta el término de la misma con los hechos muy característicos y propios de esta clase de procesos políticos, movilización de los actores electorales, apoderados, veedores, delegados electorales, representantes del Tribunal Superior de Justicia Electoral, representantes del Registro Cívico Permanente, miembros de las mesas electorales, votantes etc. Una vez concluida la votación en las mesas electorales, los miembros titulares en estas, procedieron al contaje de votos y su contabilización en las respectivas actas correspondientes según las formas oficiales para el efecto. Como parte del proceso, se contaba con un mecanismo de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), por el cual se conocería quien resultaba ganador en los comicios.

A raíz de las incongruencias entre los conteos realizados por los partidos, los que aparecen en los certificados de votación del Tribunal Superior de Justicia Electoral en manos de los apoderados de los partidos políticos y comparados estos documentos con los resultados transmitidos por el TREP, y también de los hechos denunciados por la ciudadanía en general se levantó el telón de la sospecha del fraude electoral.

El titular de la Justicia Electoral, Jaime Bestard (ANR, cartista) al dirigirse a la ciudadanía y a los partidos opositores al gobierno -sobre los hechos de denuncia de fraude electoral- indicó que “tuvo que contactar y tranquilizar a los referentes de los gremios de la producción como la Feprinco y la UIP […] cualquier noticia que implica la alteración del orden institucional perjudica la economía” (más adelante se dilucida la naturaleza de esta clase de argumentos pragmáticos),  inlocutivamente esta enunciación me pone en sobreaviso de que mis actos son negativos y perjudiciales  y perlocutivamente me indica que el camino es la inacción.

Por su parte el Sr. Mario Abdo, dijo que “lo único que pido -no por Marito, sino por el fortalecimiento de nuestra democracia- es que no tenemos que atentar contra nuestro sistema que ha construido una gran credibilidad”, este enunciado es similar al anterior pues ilocutivamente busca la inacción por razones pragmáticas (como se aclaro líneas atrás, más adelante nos referiremos a esta clase de argumentos pragmáticos) llanamente y como objetivo perlocucional pretende sumisión. Con relación a lo anterior también señaló que “culminó el proceso electoral y la gente está harta de las peleas entre políticos” […] sean parte de la generación del consenso y podamos empezar a reflexionar”, ilocucionalmente se exhorta a la irracionalidad y la acriticidad y perlocucionalmente busca que se acepte el estado de cosas.

En otro orden de cosas, y ya con el postulado puesto de que es él el Presidente de esta República el Sr. Mario Abdo Benítez dijo que "El pueblo votó por la unidad del Paraguay y no por la división del Paraguay […] hoy se acaban las divisiones estériles, se acabó el debate, vamos a ser un pueblo unido", ilocutivamente induce a creerle que es el único factor de estabilidad y perlocutivamente que debemos estar calmos y en pacifidad.

Se puede hacer un sinfín de citas y relaciones de este “discurso del poder” que desde “el poder de las palabras” busca imponer lo que dice que es real como la mismísima realidad que lejos dista de estas referencias torcidas ex profeso.

Ante las denuncias surgidas por doquier de que muchas de las actas, producto del conteo de los votos y emitidas por las autoridades de mesas electorales, son de contenido falseado, y teniendo en cuenta de que estas fueron la base del conteo paralelo de un mecanismo denominado TREP por el Tribunal Superior de Justicia Electoral, se ha puesto en duda sobre la función y veracidad de tal instrumento.

Según Carlos María Ljubetic, asesor del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) –en declaraciones en un medio televisivo el día 29 de abril de 2018- el TREP es un instrumento que garantiza la estabilidad social, pues trae calma a la ciudadanía ya que este evita que los contendientes electorales se declaren prematuramente por sus respectivas partes ganadores.

El TREP para este Sr. quien declaro que fue uno de sus artífices desde el principio mismo de su diseño y puesta en marcha, adquiere su validez y fiabilidad, desde el momento en que este instrumento tiene unos efectos a partir de su uso, o sea su fundamento adquiere razón de ser partiendo de que es causa de un efecto útil. Como puede notarse en este argumento, y muchos de este tipo, son del tipo que se categorizan como “instrumentalistas”. Esta postura tiene afinidad con los fundamentos éticos “consecuencialistas”, es decir “un instrumento (o en la ética la “conducta”) es bueno, si los efectos o consecuencias que tiene son buenos”, y también su recíproca vale “un instrumento es malo, si los efectos o consecuencias que tiene son malos”. Como se puede ver, esta postura tiene una fuerte relación con el pragmatismo, postura filosófica que asume que solo es verdadero aquello que funciona. El instrumentalismo-pragmatismo de este Sr. Ljubetic renuncia de antemano a fundar su tan mentada creación del TREP en la certeza o verdad de algún argumento que le de confiabilidad a su “monstruo”, pues lo único que nos pide con su pseudo argumentación es de que debemos de “creer” en su creación. La creencia está fundada en el dogmatismo y la irracionalidad, esta petitio principii de Ljubetic busca ponernos en una argumentación circular, si aceptamos su postulado caemos indefectiblemente en su conclusión “instrumentalista-pragmática”. Planteado así como se presenta, es un razonamiento de esos más falaces que se pueden improvisar para intentar salvar el promisorio monstruo que han creado en su laboratorio y que sigue evolucionando en el sistema político paraguayo. Inclusive, asumiendo su instrumentalismo-pragmático podemos devolverle el boomerang por la cabeza diciéndole que el TREP es un instrumento malo pues como se ve actualmente, y por culpa principalmente de su mala instrumentación por parte del mismísimo presidente del máximo Tribunal Electoral quien proclamo ganador a un candidato (creyendo que este acto traería estabilidad y calma en la ciudadanía), está causando zozobras en la ciudadanía, ya que esta se siente ultrajada en su voluntad y se siente impotente al ver que se le está robando esa dignidad.

El Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) consiste básicamente en el envío de actas preparadas para el efecto vía sistemas digitales con el método de escaneo o a viva voz. Este documento está firmado por los mismos miembros de las mesas electorales y su contenido es el mismo que se asentó en las actas oficiales en triplicado.

Las reglas del juego electoral presuponen que las actas TREP deben de corresponderse a las actas oficiales en contenido (letras, firmas y datos).

Expongamos la situación desde una perspectiva lógica.

(x) (Ax . Bx)

Para todo “x”, x = actas TREP; A = coinciden con actas oficiales; B = son auténticas; así tenemos: Todas las actas TREP coinciden con actas oficiales y son auténticas.

Por otro lado tenemos que (Ǝx) (–Ax . –Bx) que se traduce en, existe algún “x”, tal que x = actas TREP; -A = no coinciden con actas oficiales; -B = no son auténticas

Así tenemos que : Existen algunas actas TREP que no coinciden con actas oficiales y no son auténticas.

Así se puede expresar el siguiente razonamiento:

Si todas las actas TREP coinciden con actas oficiales y son auténticas entonces no hay fraude electoral;

Existen algunas actas TREP que no coinciden con actas oficiales y no son auténticas;

Por lo tanto,

Hay fraude electoral

En símbolos se expresa así,

(x) (Ax . Bx) -C

(Ǝx) (–Ax . –Bx)
_________________
Ergo: - - C C (la doble negación es equivalente a la afirmación)

Por otra parte, si bien el TREP es un instrumento oficioso (carece de valor oficial), su contenido debería de reflejar congruentemente similitud con los datos de las actas en triplicado de los sobres electorales. Al tener pruebas suficientes de que los datos transmitidos por el TREP en el conteo rápido para el conocimiento de los ganadores de la justa electoral fueron falseados y atendiendo que el art. 309 inc. a del Código Electoral dice que: “la ausencia, destrucción o desaparición de la documentación prevista en el Código”; e inc. b: “la adulteración fraudulenta de tales documentos” sostenemos dudar fehacientemente de las actas oficiales de los sobres electorales, pues da pie a sostener que en un alto porcentaje son fraudulentas y ello mina las garantías de que se podían tener sobre todas ellas, así todo este proceso electoral está viciado de actos que la empañan al punto de calificarlo de “distorsión generalizada de los escrutinios” así como reza el art. 307 inc. d del Código Electoral, y estos artículos citados, el 307 y 309 son las causales de nulidad expuestas en el Libro VI, Sanciones, Titulo I del Código Electoral paraguayo.

Podemos decir que la negación es una cuestión semántica o del lenguaje, es un acto de dicto (negar que exista fraude electoral), la verdad es una cuestión de hechos o sea un acto de facto (las evidencias e indicios hacen real el hecho punible). Así de la afirmación de que la denuncia de fraude perdió fuerza (como se manifestó en un medio televisivo) no se puede concluir que no exista el fraude, como intentan imponerlo los del Tribunal Superior de Justicia Electoral y los apoderados de la agrupación política ANR. Este razonamiento implica cometer dos falacias no formales, la 'causa falsa' o non causa pro causa y 'conclusión inatinente' o ignoratio elenchi.

La palabra “irreversible” es sin duda la palabra más usada en el discurso del poder en este contexto e instancias del proceso de juzgamiento electoral, se la escucha hasta el hartazgo en todos los frentes en donde la oficialidad del poder sale al frente a justificar y creo que amerita una disquisición especial para aclarar equívocos y malos entendidos.

Ya habíamos citado las palabras del Presidente del TSJE Jaime Bestard sobre el uso de la palabra “irreversible” al principio de este análisis, volvemos a transcribir sus palabras “[…] a esta altura de la noche, con el 96% de la transmisión de resultados de nuestro sistema,  tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los candidatos, que según todos nuestros estudios, y todas nuestras mediciones es absolutamente irreversible”.

Una serie o un proceso –dice José Ferrater Mora- que siguen una dirección determinada y que no puede seguir la dirección inversa es llamado "irreversible". Cuando la serie o el proceso sigue, o puede seguir la dirección inversa es llamado "reversible". El predicado 'es irreversible' equivale, pues, al predicado 'tiene una dirección determinada'; el predicado 'es reversible' equivale al predicado 'no tiene una dirección determinada'. La cuestión de si una serie o proceso es irreversible o reversible ha sido objeto de numerosos debates sobre todo en lo que toca al espacio, al tiempo y a las relaciones de causalidad.

El discurso de Bestard, quiere subrayar de que la expresión “según nuestros estudios y todas nuestras mediciones tiene una absoluta dirección determinada” es determinista o causalista.

La irreversibilidad es un concepto físico, las leyes de la termodinámica determinan que todos los procesos naturales son irreversibles pues la línea del tiempo en estos sólo apunta en una dirección, hacia el futuro.
Los hechos físicos son irreversibles. Ahora ¿Los hechos sociales o Institucionales son irreversibles? En otras palabras ¿Qué Mario Abdo Benítez o cualquier otro sea Presidente es un hecho “irreversible”?
Para que alguien, a través de un proceso electoral en este caso, se gane la potestad de ejercer el poder de gobernar, que funja un mandato presidencial, primero debe legitimarse a partir de la victoria legal en unas elecciones limpias. De aquí que de aquello que es “irreversible” en la expresión citada de Bestard sólo tenga sentido en el contexto de su enunciación estadística sobre los resultados del TREP, pues así como la mecánica estadística, inaugurada por Boltzmann en sus geniales conceptos termodinámicos han sido demostradas por infinidad de instancias hasta la actualidad y fundan sólidamente el concepto de que  los procesos materiales-energéticos son irreversibles, podemos decir por nuestra cuenta que los procesos Institucionales, como el de proclamar ganador en una elección a un candidato no es “irreversible” (la doble negación lógica equivale a la afirmación, así en esta expresión puede intercambiarse “no es irreversible” por “reversible”).
La proclamación del ganador en la justa electoral llevará a quien lo logre al estatus de Presidente de la República del Paraguay, pero más allá de este hecho, puede que se revierta el hecho, caso de que tal acción sea revocada por otra resolución sustentada en la nulidad del proceso electoral por la acumulación sustantiva de “pequeñas irregularidades” que la vicien por completo. La revocabilidad de las sentencias judiciales demuestra que no existe la irrevocabilidad dentro de las Instituciones sociales, la “irrevocabilidad” no es sinónimo de “irreversibilidad”, pues ambos términos tienen su uso y sentido plenos en contextos inconvergentes y para nada congruentes como lo son el de la Física y el Derecho.
La palabra “irreversible” es un término causalista propio de una Física determinista, ahora la palabra “irrevocable” dentro de un contexto jurídico (como los son el juzgamiento de las elecciones) no tiene lugar por aquello de que las sentencias judiciales son revocables y desde aquí no existe la irrevocabilidad de estas.
Para ir cerrando esta reflexión podemos traer al tapete que la coacción y coerción inlocutiva del poder nos impone un estado de cosas fraudulentas, nos pone en sobreaviso de que nuestros actos son negativos y perjudiciales socialmente, de que seamos inactivos, irracionales y acríticos, aceptemos el unicato, y perlocutivamente nos resignemos a los hechos impuestos de facto, a la sumisión. No se puede impresionar a la ciudadanía con falacias del discurso pues con estas argucias solo se utiliza la textualidad para imponer una realidad que solo es el fruto de una adiposa verba como subproducto de una retorcida lógica con el único fin de hacerse con un mandato que no les pertenece ni legal ni mucho menos legítimamente.

La Filosofía del poder categorizada como "La política de los hechos consumados" se sustenta como su propio nombre indica en imponer un estado de cosas tal, que la generalidad acepte un hecho por más malo que fuere ante la imposibilidad de cambiarlo, pareciera ser que esta Filosofía maquiavélica está en curso de acción como un bien orquestado plan de la Real Politik local con su característica viveza criolla con un muy buen aliado clave como su consecuente brazo ejecutor.